Una de mis pasiones.

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He de confesar que una de mis pequeñas aficiones es tanto la lectura como la escritura. Disfruto mucho leyendo,y es algo que hace tiempo que no hago y me molesta porque tengo bastantes libros esperando en mi estantería y otros que deberían estar. El género del que más he leído y el que más me gusta es el genero de la fantasía épica. Me encanta escuchar y leer historias en las que los caballeros luchan por sus tierras en mundos fantásticos, es algo que me fascina sinceramente. Uno de los libros que más me ha gustado ha sido el de Canción de Hielo y Fuego.




George R.R. Martin












Portada del primer libro.










Aunque sólo me haya leído el primer libro de los cuatro que llevan hasta la fechan (serán siete en total, y todos rezamos un poco para que al escritor George R.R. Martin le de tiempo a terminar su magnífica obra) he de decir que sentí un gran entusiasmo con dicho libro. Pocos libros han sido capaces de meterme tanto en ellos que incluso me los he llevado al instituto, en aquella época, para leer en los descansos entre clase y clase e incluso en las mismas clases me he llegado a poner al final del todo para leer este pequeño pedazo de oro.


Es un libro que recomiendo leer. Es un periódico o revista de Estados Unidos, no recuerdo muy bien que fue, se le definía como el escritor al que no le importa matar a sus personajes principales. Y eso para mi es un gran punto a su favor, porque en algunos libros llevan el que los "protas" no mueran de una manera aceptable,  pero en otros llega a tal grado su invencibilidad que roza lo absurdo, un ejemplo son los libros de Drizzt Do'Urden, de R.A. Salvatore, en donde el protagonista de estos libros es un elfo oscuro. Ese pobre elfo ha vivido de todo y ha matado de todo y no hay nada que pueda con él, por muchos que sean. Los primeros libros (cronológicamente) están bastante bien, pero llega un momento en el que pierdes interés y eso hace que baje mucho el listón, pero aún así, tiene sus puntos buenos.

El hecho de que me guste tanto leer me llevó un día a la idea de que podría aprovechar un poco el conocimiento obtenido, ya que aunque lea este tipo de novelas aprendo algo más que razas élficas o de orcos, podría empezar a "devolver" lo que estos escritores me han dado a mi, historias. Así que, hará menos de dos años empecé a escribir. Aquellos pequeños relatos, porque no iba a ponerme a escribir cosas grandes directamente (hubiese sido una locura) salían poco lógicos, sin fundamento y no llamaban a la lectura (esto último se lo agradezco a una profesora de lengua que me explicó muy bien el porqué), poco a poco fui cogiendo algo más de soltura y comencé a escribir relatos medianamente decentes. Hasta la fecha, estoy en esa medio decencia en cuanto a la prosa. Os dejo un ejemplo para que me evaluéis.

Cartón de leche
¿Se han parado a pensar que cualquier acción, por pequeña que sea, conlleva la determinación del desenlace de acciones futuras? El simple hecho de levantarte temprano, e ir, por ejemplo, a la compra, puede cambiarte el día. Es posible que te encuentres con un amigo, y quedéis esa tarde, es posible que tengas un accidente de coche, que, con haber salido dos minutos antes, no te hubiese ocurrido. Las posibilidades son variadas e incontables. Pues bien, la forma de vida que llevo en estos momentos es debido a un mero descuido.
Mi historia se remonta unos diez años atrás. Yo era un joven universitario de veintiún años. Todas las mañanas iba a la universidad, como es normal. Atendía y tomaba apuntes. Luego, por la tarde, realizaba la jornada intensiva de estudio diaria, Para ser abogado hay que dedicar muchas horas, y los pocos fines de semana disponibles los dedicaba al ocio. Era un ejemplo claro de estudiante.
Todos los días, exceptuando los viernes que no había clases, me levantaba a una hora temprana, alrededor de las seis de la mañana. Vivía en un pequeño pueblo, que no contaba con más de ciento cincuenta habitantes, a hora y media de la universidad. Las clases empezaban a las ocho y media. Todas las mañanas, por muy fuerte que fuese el sueño, me levantaba sin queja alguna, y encaminaba hacia mi rutina.
Sin embargo un lunes me desperté un poco más tarde que de costumbre, el día anterior había tenido una “reunión de alumnos” de la universidad, y algo cansado y desanimado. Tenía que darme prisa si quería llegar a tiempo. No tenía fuerzas y decidí no ir. Solo era un día, tampoco pasaba nada, ¿no? Mi obligación era la de ir, pero estaba sumamente cansando. Por lo menos debería haber aprovechado el tiempo que estuviese en casa para no dejar materia atrás, pero, para ser franco, no me apetecía en absoluto. Prefería dormir.
Tras mi pequeña “siesta” me desperté con hambre, no mucha, pero si sentía el hormigueo en mi estomago. Tras vestirme y arreglarme a medias me acerqué al bar más cercano. Era un bar sencillo y pequeño, solo contaba con dos empleados. Me senté en su terraza, una terraza con sillas y mesas de plástico acompañadas por una sombrilla con una marca de refresco, y pedí algo para almorzar. Esperé sin prisa mi pedido y créanme cuando les digo que no hay nada más gratificante después de tantos días de estudio y sacrificio, y algo de resaca, que un buen café acompañado de un bollo, mientras se contempla una mañana de primavera tranquilamente.
Tras un largo, pero breve, rato estuve escudriñando las nubes, absorto en mis pensamientos, pero, finalmente, recordé que tenía obligaciones. Así que volví a mi piso para ponerme a estudiar lo que quedaba de mañana. Perdonen por mi torpeza, pero se me olvida mencionar una de mis manías. Para poder estudiar tranquilamente, tengo que tener un vaso de leche a mi lado. Fui hacia la cocina a por la leche. No quedaba. Tenía que ir a comprarla, si no, no podría estudiar. Llámenme raro, pero cada persona es un mundo. Cogí la cartera y salí al supermercado de la esquina.
Era el único supermercado del pueblo. Lo dirigía una señora mayor junto a su marido. Debido a un examen que tuve el jueves, de ahí la “reunión de alumnos” del día anterior, había estado cerca de semana y media sin salir de casa. El señor que dirigía la tienda junto a su esposa había fallecido y la mujer se había jubilado, vendiendo el pequeño bajo donde se situaba la tienda. ¡Maldición! Tenía que coger un autobús para ir al supermercado más cercano. Éste estaba en la ciudad más cercana, a unos doce kilómetros.
Cuando llegué estaba prácticamente lleno y era dificultoso incluso el andar. Hora punta, supuse. Me costó encontrar la leche, solo había ido allí unas pocas veces cuando era niño. Cuando cogí mi querida leche de soja (tengo intolerancia a la lactosa), me dispuse a ir para pagar pero la cola era inmensa. Me llevaría un buen rato.
Detrás de mí se puso una chica, que no tendría más años que yo. Era baja y castaña, con unos rizos que le estilizaban su cara ovalada y unos ojos azules como el mismo cielo y con un brillo tintineante. Lo que más me sorprendió de aquella muchacha fue su sonrisa. Estaba teniendo problemas en llevar su compra, se le caía entera, pero su expresión no variaba. Una gran sonrisa. Sin saber porqué, al conseguir “equilibrar” su compra, se puso a hablar conmigo. En seguida me di cuenta de que era enérgica e inquieta, se movía mucho y reía constantemente. No os voy a engañar, me sentía atraído por aquella mujer. Para ser franco, en lo primero que me fijé fue en su físico, era bellísima y yo soy un hombre, pero el rato que estuvimos hablando en la cola me hizo darme cuenta, de que tenía algo que despertaba en mí emociones que pocas veces antes había sentido.
Pero lamentablemente todo eso se fue, pues pagué y no tuve el valor de invitarla a quedar, o pedirle la manera para contactar con ella. Siempre he sido vergonzoso, que le voy a hacer. Tengo virtudes, pero también defectos. Me prometí que si la volvía a ver intentaría quedar con ella.
Mi siguiente visita al supermercado fue normal. No la vi. La siguiente, tampoco. Los meses pasaban y sospechaba que nunca volvería a verla o, egoístamente, que puede que no la tuviese.
Estábamos a mitad de julio, y todavía no la había vuelto a ver. Como siempre, el pequeño supermercado, estaba completamente lleno. Me dirigí hacía la leche, apretujado entre tanta gente, cuando, por un descuido, tropecé. Vaya cosas que tiene la vida. Tanto tiempo buscándola y cuando la vuelvo a ver, es de mala manera. Pues fui a caer encima de esa misma chica que había visto meses atrás. Me disculpé profundamente y para mi sorpresa, aquella joven mujer se levantó riéndose y regañándome por torpe. Estaba perplejo por su sentido del humor. Le hice daño, me di cuenta que se rascaba la cabeza, pero ella no hacía más que reír y lanzarme pullas amistosas quejándose de mi torpeza. Pero ese no era el problema que tenía en mente. Me había prometido pedirle quedar si la volvía a ver, y para un abogado, las promesas son tan importantes como los contratos.
-¿Te gustaría quedar un día de estos conmigo?-Fue lo único que dije. Y de una forma un tanto patética. Tartamudeaba y sudaba casi tanto como respiraba.
Ella sonrió, me cucó el ojo, y me dictó su número. Mientras lo apuntaba cogí la leche y cuando terminó, fui a por algunas cosas más: yogures, carne, especias, etc. Ella se fue nada más darme su número. Ahora que la conozco me doy cuenta de que siempre ha sido muy impulsiva. No le importó quedar conmigo, y ni siquiera quiso mantener una conversación al decirme su número. Me gusta la gente así.
Terminé la compra y fui a coger el autobús. Iba con mis fantasías e ilusiones en la cabeza mientras me dirigía hacia mi casa, esperando que llegase el día. Hay que ver lo que provocan las pequeñas cosas. No quiero extenderme demasiado, así que voy a ir terminando ya. Os voy a relatar lo que sucedió finalmente.
Antes de nada me gustaría deciros que esa mujer es ahora una de mis mejores amigas y, aunque quedé con ella, nunca tuve con ella ningún trato más personal, pues resulta, que el descuido que cambió completamente mi vida no fue el tropezarme y quedar con ella, si no otro. ¿Recordáis que cogí la leche mientras apuntaba el número de aquella mujer? Iba tan absorto de todo lo demás, que no me percaté en que la leche que había cogido era normal y no de soja. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Algo muy cierto ya que no me di cuenta tampoco cuando me la eché. Miraba el número y me hacía ilusiones. Sí me di cuenta en cuanto el sabor. Nunca me había pasado y no sabía qué hacer en estas situaciones así que fui corriendo al teléfono a llamar a emergencias. Empecé a marearme y me costaba respirar. Recuerdo pedir ayuda, no más.
No os asustéis, pues sigo vivo. Pero el beber aquella leche produjo el gran cambio de mi vida, pues por aquel accidente conocí a la que actualmente es mi esposa y madre de mis dos hijas. Era una estudiante de enfermería, que estaba de prácticas en el hospital de urgencias al que fui. Fue ella una de las personas que me atendieron y bueno, no se pueden estas cosas. Surgió algo.
Ahora miro atrás y pienso. ¿Qué habría pasado si no hubiese comprado aquella leche? ¿Estaría ahora con la otra mujer? ¿Y si me la hubiese cruzado otro día? ¿Qué hubiera pasado, si en vez de comprar solo leche, hubiera comprado algo más y no hubiera estado en la cola con ella? ¿Qué hubiera ocurrido si hubiese perdido el autobús o si el supermercado hubiera estado abierto? O lo que más me reconcome por dentro ¿Qué hubiera sucedido si hubiese cumplido mis obligaciones y hubiese ido a la universidad? Todo habría cambiando, seguro. Es por eso que las pequeñas cosas son las que rigen la vida. Recordad momentos importantes de vuestra vida e id aún más atrás en el tiempo y preguntaros, ¿qué hubiera sucedido si vuestros actos hubieran sido diferentes



Este es uno de los pocos textos que conservo porque me han gustado especialmente. No sabría deciros de quien tengo influencia a la hora de escribir, porque he leído a unos cuantos autores, Julio Verne, Ed Greenwood, Cervantes, R.A. Salvatore, Garcia Lorca, entre otros, y porque tampoco creo que eso sea de vital importancia, porque tampoco es que sea muy bueno. Es algo que seguiré intentando mejorar. Este texto es uno de los que presenté a concurso hace un año, sin éxito. Me lo había trabajado para intentar expresarlo bien, que no hubiesen faltas ni excesos de signos de puntuación, etc. También me presenté a poesía con dos poesías hechas malamente en menos de diez minutos las dos. Mi sorpresa fue cuando en esa categoría sí que gané, quedándome primero. Un compañero mío de clase se había presentado entre otros tantos del instituto, no se quienes, y este compañero mío si que escribía poesía regularmente, esa fue mi primeras dos poesías y, que cosas tiene la vida, que gané con ellas. Os adjunto las dos poesías.


Sentimientos por mi sociedad




Soledad,
en mi cuerpo y en mi mente.
Soledad,
por ser tan diferente.

Soledad.
No poder abrir mi boca…
Soledad.
…por no llevar su ropa.

Desconcierto.
No soy quien quieres…
Desconcierto.
…y así será por siempre.

Desconcierto.
¿Por qué tanto interés…
Desconcierto.
…en imitar tu forma de ser?

Enojo.
¡No puedes obligarme!
Enojo.
¡No puedes moldearme!


Enojo,
al contemplar este mundo.
Enojo,
al verlo difunto.

Repugnancia,
al ver en que se ha convertido…
Repugnancia.
…el mundo en el que vivimos

Repugnancia,
de tanto estereotipo.
Repugnancia,
de ser todos lo mismo

Pena,
al contemplar la verdad…
Pena.
…de esta sociedad

Pena,
de haberme dado cuenta…
Pena.
…de que esta sociedad es una…pena



Ésta es la que quedó en primera posición y con la que más, pero no mucho más, me escurrí la cabeza, más que nada para unir de esa forma los versos, que es lo que yo buscaba.


No te quiero querer

Algo extraño pasa en mí,
tomo el aire desde mi atalaya.
No ceso de pensar en ti,
mientras que dejo al tiempo que se vaya

¿Qué me pasa?
¿Qué me ocurre?
¿Qué manta
Es la que me cubre?

¿Por qué arden mis entrañas
cada vez que tu reflejo
aparece en mis aguas
tapando al mismo cielo?

¿Por qué lo siento?
Ayúdame, por favor.
Dime que miento
y esto no es amor

Quiero que muera
este sentimiento no correspondido.
Que se apague la vela
es lo único que pido

No quiero quererte,
ni amarte,
ni desearte,
ni tenerte.

Te quiero fuera de mi mente,
que seas un pensamiento inerte.
Por favor, vete.
Para siempre.



Esta fue la segunda. Las dos son poesías personales, ésta última la escribí pensando en el primer desamor que tuve en mi vida y quedó así, supongo que por aquella época aún estaba todavía algo afectado (no había pasado ni dos semanas).


Luego me puse a pensar el porqué sabía yo ni siquiera rimar. O como estructurar una poesía y conseguir lo que mi profesora de Lengua y Literatura Española de aquel curso me dijo, el ritmo. Según ella la fuente de mi poesía, de su encanto, era el ritmo. No me gusta estructurar una estrofa o varias por un número determinado de sílabas ni una rima ABBA o ABAB BCBC ACAC, no, es algo que nunca me ha gustado ni si quiera cuando la leía. Entonces, llegué a la conclusión de que, sin darme cuenta, había estado continuamente influenciado por la música, mi estilo de música. Os voy a poner quizás los que más me han influenciado.



Federico García Lorca. No, sé de sobra que este hombre no fue músico, pero digamos que es el único poeta que leí cuando era pequeño, incluso teatro, no sólo poesía.

Javier Ibarra Ramos (Kase O). Este hombre es uno de los vocalistas de uno, por no decir el mejor, de los mejores de grupos de Rap de este país.Ignacio Fornés Olmo (Nach). Uno de los mejores Mc's (cantantes de rap) de este país. Sus letras van siempre cargadas de sentimientos y de una filosofía única.
Podría seguir, tengo un gran repertorio de influencias, como Zatu, Lírico, Hate, Dogma Crew, Falsalarma, etc. Y aunque la gente se reafirme en negarlo, el rap es poesía, un estilo de poesía mas "burdo" por decirlo de alguna manera, pero a la vez más libre. Supongo que debo mi poesía al rap, y debo darle gracias. Y tranquilos, que porque mi poesía provenga de ahí, no vais a ver un "Hijo de Puta" en ninguna de las estrofas, porque el Rap no es eso, aunque la gente crea que sí. He aquí un ejemplo.



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3 Comentarios en Una de mis pasiones.

28 de enero de 2010, 21:40

Entrada demasiado extensa... mañna termino de leerla si las pones todos asi.. vas a durar menos de lo q creo escribiendo todos los dias

PD.Gracias por pasarte por mi blog =D

1 de febrero de 2010, 20:31

Es un poco tocha, la verdad.
Yo en tu lugar hubiese guardado algunas de tus creaciones para entradas futuras.

Vaya ganas, y mi primera entrada tiene 4 lineas mal contadas y una foto jajaja

Un abrazo

2 de febrero de 2010, 16:21

En mi defensa tengo que decir, que aunque sea algo larga la entrada he intentado ser lo más breve posible.

Miss, de nada y Santi, me he guardado creaciones para despúes, tranquilo =).

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